La hipótesis del genio maligno es un recurso argumentativo propuesto por René Descartes en las Meditaciones metafísicas.
Descartes sugiere que tal vez hemos sido creados por un Dios que nos obliga a engañarnos sistemáticamente, que ha dispuesto nuestra naturaleza de tal modo que creemos estar en la verdad cuando realmente estamos en el error. Con esta hipótesis se cuestiona la legitimidad de las proposiciones que parecen tener la máxima evidencia, las que se presentan con "claridad y distinción".
El objetivo de este extraño supuesto es investigar si es posible encontrar algo que sea absolutamente indudable: si encontramos una creencia que llegue a superar esta hipótesis, su calidad como verdad será extraordinaria. Aunque Descartes no explica ni justifica cuidadosamente la hipótesis del genio maligno, parece que se refería a las siguientes cuestiones: podemos considerar que nuestro reconocimiento de algo como verdadero es consecuencia de nuestra naturaleza (nosotros diríamos ahora de nuestro cerebro) y podríamos pensar que vemos algo como verdadero porque estamos hechos como estamos hechos, de tal forma que a distinta constitución distinto conocimiento.
Tal vez las cosas que puedan considerar verdaderas seres pertenecientes a otras especies, o seres racionales que hayan sufrido una evolución biológica diferente, pueden ser distintas a las nuestras. En definitiva, si reflexiones de este tipo nos llevan a pensar que el reconocimiento de algo como verdadero depende de nuestra propia naturaleza o forma de ser, parece que hasta los conocimientos más firmes pueden ponerse en cuestión. Es posible que Descartes introdujese la hipótesis del genio maligno para señalar esta última duda.
Esta idea de que tomamos algo como verdadero según nuestra propia naturaleza nos lleva a una pluralidad de verdades que termina finalmente por anular todas. Queda claro que cada persona tiene o puede tener un punto de vista distinto al resto pero hay que hacer la distinción entre punto de vista y verdad. Un punto de vista no sale de lo individual mientras que “la verdad” invade lo colectivo. Hay determinadas ideas que son “verdad” pese que uno piense distinto. Podemos repararnos en un ejemplo de por más trillado, en la India las vacas son sagradas y como es un país en donde la línea que separa la religión de la ley es casi inexistente, estos animales terminan teniendo un mejor nivel de vida que los niños. Cualquiera podría decir que es una cuestión cultural y/o religiosa y que todos los indios están de acuerdo en que sea así. Pero tenemos que pensar en que es la religión sino una construcción social impuesta. En las sociedades, desde que nacemos se nos están imponiendo valores, costumbres, creencias, etc que tomamos como verdades irrefutables. Desde nuestros primeros días nos dicen que existe Dios (en todas las religiones) y con el paso del tiempo eso pasa a ser parte de nuestra vida, la convertimos en una verdad y no nos detenemos a pensar en que si nosotros estamos de acuerdo o no.
En la India, como se dijo, las vacas son sagradas y como eso viene siendo impuesto desde hace cientos de años nadie lo cuestiona o se detiene a pensar en esa “verdad”. La vaca es un mamífero con características idénticas en cualquier punto de la tierra, entonces porque en la India son sagradas y en Argentina no. O sea que hace diferente a una vaca india de otra argentina más allá que la subjetividad humana?. Una infinidad de cosas nos son impuestas y no nos detenemos a pensarlas, dejamos –en el caso indio- que miles de niños -6.000 por día- mueran de hambre porque la vaca es sagrada. El que un niño, en cualquier lugar del mundo, muera por causas evitables está mal y eso es una verdad que no acepta contrarios.
Como conclusión podemos decir que la gran mayoría de las personas de este mundo tienen una actitud completamente pasiva frente a este Genio Maligno que nos impone “verdades” constantemente. Muy poca gente cuestiona verdades socialmente aceptadas ya que una vez hecho eso, lamentablemente usted está solo. Una vez que se comienza con el cuestionamiento usted se tiene que hacer cargo de muchas cosas que antes las dejaba al cuidado del Genio. Por desgracia la gente prefiere que le digan que tiene que comer, como se tiene que vestir, que trabajo tiene que tener, que ideas y opiniones tiene que pensar, ya que de esta manera yo no soy responsable de nada. Como nuestra vida nos fue impuesta, si algo sale mal, la culpa la tiene el Genio Maligno que me obligo a actuar de tal o cual forma. Si usted piensa distinto y comienza a cuestionarse mandatos sociales y a actuar en consecuencia, usted pasa a ser, un monstruo, un “freak” o cualquier cosa digna de rechazo, usted pasa a ser excluido de la sociedad y deja de ser “un buen hombre”. Para muchos es preferible morir siendo un “buen hombre” que vivir como “un monstruo” –frase tomada y modificada de la película Shutter Island-.
El título hace referencia a toda la gente que no cree en genios malignos y cuestiona todo lo socialmente impuesto en busca de otro mundo posible, corriendo el riesgo de vivir como un monstruo. Posiblemente Descartes, en nuestra época, hubiera vivido como un freak.
Descartes sugiere que tal vez hemos sido creados por un Dios que nos obliga a engañarnos sistemáticamente, que ha dispuesto nuestra naturaleza de tal modo que creemos estar en la verdad cuando realmente estamos en el error. Con esta hipótesis se cuestiona la legitimidad de las proposiciones que parecen tener la máxima evidencia, las que se presentan con "claridad y distinción".
El objetivo de este extraño supuesto es investigar si es posible encontrar algo que sea absolutamente indudable: si encontramos una creencia que llegue a superar esta hipótesis, su calidad como verdad será extraordinaria. Aunque Descartes no explica ni justifica cuidadosamente la hipótesis del genio maligno, parece que se refería a las siguientes cuestiones: podemos considerar que nuestro reconocimiento de algo como verdadero es consecuencia de nuestra naturaleza (nosotros diríamos ahora de nuestro cerebro) y podríamos pensar que vemos algo como verdadero porque estamos hechos como estamos hechos, de tal forma que a distinta constitución distinto conocimiento.
Tal vez las cosas que puedan considerar verdaderas seres pertenecientes a otras especies, o seres racionales que hayan sufrido una evolución biológica diferente, pueden ser distintas a las nuestras. En definitiva, si reflexiones de este tipo nos llevan a pensar que el reconocimiento de algo como verdadero depende de nuestra propia naturaleza o forma de ser, parece que hasta los conocimientos más firmes pueden ponerse en cuestión. Es posible que Descartes introdujese la hipótesis del genio maligno para señalar esta última duda.
Esta idea de que tomamos algo como verdadero según nuestra propia naturaleza nos lleva a una pluralidad de verdades que termina finalmente por anular todas. Queda claro que cada persona tiene o puede tener un punto de vista distinto al resto pero hay que hacer la distinción entre punto de vista y verdad. Un punto de vista no sale de lo individual mientras que “la verdad” invade lo colectivo. Hay determinadas ideas que son “verdad” pese que uno piense distinto. Podemos repararnos en un ejemplo de por más trillado, en la India las vacas son sagradas y como es un país en donde la línea que separa la religión de la ley es casi inexistente, estos animales terminan teniendo un mejor nivel de vida que los niños. Cualquiera podría decir que es una cuestión cultural y/o religiosa y que todos los indios están de acuerdo en que sea así. Pero tenemos que pensar en que es la religión sino una construcción social impuesta. En las sociedades, desde que nacemos se nos están imponiendo valores, costumbres, creencias, etc que tomamos como verdades irrefutables. Desde nuestros primeros días nos dicen que existe Dios (en todas las religiones) y con el paso del tiempo eso pasa a ser parte de nuestra vida, la convertimos en una verdad y no nos detenemos a pensar en que si nosotros estamos de acuerdo o no.
En la India, como se dijo, las vacas son sagradas y como eso viene siendo impuesto desde hace cientos de años nadie lo cuestiona o se detiene a pensar en esa “verdad”. La vaca es un mamífero con características idénticas en cualquier punto de la tierra, entonces porque en la India son sagradas y en Argentina no. O sea que hace diferente a una vaca india de otra argentina más allá que la subjetividad humana?. Una infinidad de cosas nos son impuestas y no nos detenemos a pensarlas, dejamos –en el caso indio- que miles de niños -6.000 por día- mueran de hambre porque la vaca es sagrada. El que un niño, en cualquier lugar del mundo, muera por causas evitables está mal y eso es una verdad que no acepta contrarios.
Como conclusión podemos decir que la gran mayoría de las personas de este mundo tienen una actitud completamente pasiva frente a este Genio Maligno que nos impone “verdades” constantemente. Muy poca gente cuestiona verdades socialmente aceptadas ya que una vez hecho eso, lamentablemente usted está solo. Una vez que se comienza con el cuestionamiento usted se tiene que hacer cargo de muchas cosas que antes las dejaba al cuidado del Genio. Por desgracia la gente prefiere que le digan que tiene que comer, como se tiene que vestir, que trabajo tiene que tener, que ideas y opiniones tiene que pensar, ya que de esta manera yo no soy responsable de nada. Como nuestra vida nos fue impuesta, si algo sale mal, la culpa la tiene el Genio Maligno que me obligo a actuar de tal o cual forma. Si usted piensa distinto y comienza a cuestionarse mandatos sociales y a actuar en consecuencia, usted pasa a ser, un monstruo, un “freak” o cualquier cosa digna de rechazo, usted pasa a ser excluido de la sociedad y deja de ser “un buen hombre”. Para muchos es preferible morir siendo un “buen hombre” que vivir como “un monstruo” –frase tomada y modificada de la película Shutter Island-.
El título hace referencia a toda la gente que no cree en genios malignos y cuestiona todo lo socialmente impuesto en busca de otro mundo posible, corriendo el riesgo de vivir como un monstruo. Posiblemente Descartes, en nuestra época, hubiera vivido como un freak.
Anónimo | 3 de abril de 2010, 18:22
Estimado Dr. E, debo felicitarlo por su férrea decisión de dar a luz al presente blog. Tengo la sensación de que ud. tiene dudas acerca de las supuestas verdades (aparentemente irrefutables) de la sociedad moderna. Pues déjeme decirle que ya somos dos. Sigamos entonces en la búsqueda de La Verdad, aquella verdad única y primigenia que ha sido olvidada por la mayoría de los hombres. Vayamos tras las palabras de Henry D. Thoreau: "No me den poder, no me den fama, ni siquiera dinero. Denme la verdad. Porque la verdad me hará libre." Somos dos. Seremos más. Podemos lograrlo.
Atte.,
Nico
Meli | 8 de abril de 2010, 0:18
Simplemente me encanto...No siempre lo que se cree es lo que se debe creer. Nadie es dueño de la verdad, y muchas realidades que se muestran como innegables y correctas tienen un lado oscuro tan tapado por la propia idiosincracia que nos autoconvence influyendo en el comportamiento individual de cada uno de nosotros aún cuando no se esté convencido de la certeza de las ideas que se asimilan en masa. Muy buen razonamiento. Un beso grande
Anónimo | 11 de abril de 2010, 18:47
A las jóvenes mentes ávidas de la verdad...
Antes que nada aclaro que estoy de acuerdo con algunas (o varias) de las afirmaciones del presente escrito.
No obstante me parece que el Dr. E esta incurriendo aquí en una argumentación un tanto tramposa, puesto que expone sus reflexiones y obtiene conclusiones que ciertamente le son propias (y cuya validez no cuestiono) como si ellas se desprendieran de las ideas de Descartes y su teoria del genio maligno.
Es en ese punto en donde no puedo mas que rasgarme las vestiduras (jejeje) y objetar que el pensamiento de Descartes nada tenia que ver con la connotación política - social que pretende atribuírle el autor.
La idea de Descartes iba mucho mas alla (si puede decirse que el mundo de las ideas está mas alla del real) y apuntaba a cuestionar si las cosas que el hombre percibe y cree entender las percibe como realmente son o si SU PROPIA NATURALEZA lo condiciona a la forma de entender las cosas.
Recalco que el condicionamiento de Descartes viene por la propia naturaleza (o el dios maligno que así la estableció) y NADA tiene que ver con los condicionamientos sociales, culturales o políticos.
Insisto que si bien las reflexiones ulteriores del Dr. E me parecen razonables, DE NINGUNA MANERA son una extensión de lo que Descartes postulaba ni creo que su pensamiento sea aplicable en las mencionadas reflexiones.
Ahora si el Dr. E (a quien tengo en la máxima estima y respeto) usa el nombre acuñado por Descartes para hacer referencia a los condicionamientos socio-culturales que menciona, me parece perfecto; pero tengamos presente que no es a lo que Descartes hacia referencia, con lo cual su cita me parece un tanto forzada (con todo respeto).
Por último, permítame acordar con Ud. en lo que respecta a los condicionamientos que menciona, al tiempo que hago notar lo peligroso que resulta tomar a Descartes como la fuente de la verdad (de hecho, según su propio argumento sería una paradoja) ya que de esta manera se corre el riesgo en caer en afirmaciones de filosofia poco masticada como: "la verdad no existe", "todo es relativo" y en consecuencia "todo vale lo mismo". Y ahi estamos a un paso de los que sin haber leído nada, citan a einstein diciendo que "todo es relativo", y pensando que como es el tipo mas inteligente que haya existido (en realidad, aparentemente fue el segundo) debe ser cierto, descontextualizando así sus frases e ignorando completamente que "dios no juega a los dados".
Mis mas sinceras felicitaciones por la publicación de sus ideas y reflexiones y espero ansiosamente la discusión que ellas (como toda buena idea) se merece.
Atte.
Un pobre tipo
Unknown | 11 de abril de 2010, 20:29
Estimado Pobre tipo, sinceramente no trato en el escrito de atribuirla al gran Rene connotaciones políticas, lo único que pretendo es "mezclar" mis pensamientos sobre política con las teorías de Descartes. Todas las afirmaciones hechas en mi escrito son como se desprende de mi autoría. No quiero atribuirle al pensador ideas impropias.
Desde ya le agradezco enormente su comentario.
Anónimo | 13 de diciembre de 2011, 13:30
grave aporia y Descartes era religiso